En nuestra última escapada a Granada me descubrí este aperitivo que nos servían como tapa cuando parabamos a tomar una cañita en algún bar típico de la ciudad; unas increibles berenjenas rebozadas con miel. Al parecer son típicas en muchas provincias de Andalucía y la verdad es que recién hechas son espectaculares. Ay, cuanto se aprende viajando!!! En casa las conocemos porque mi madre las prepara muy ricas, pero estas que os presento, resultan más ligeras al no incorporar huevo en el rebozado, únicamente una especie de tempura preparada con harina y agua bien fría y ese toque de miel que le viene perfecto. Son como las patatas fritas, no podréis comeros sólo una!!
INGREDIENTES
4 berenjenas medianas
Harina
Agua bien fría
Sal
Aceite de oliva para freír
Un par de cucharaditas de miel
PREPARACIÓN
Cortamos las berenjenas en rodajas finas (con la mandolina se hace en un plis), y las dejamos en remojo con agua con sal durante 30 minutos para que suelten el amargor.
Escurrimos bien y secamos con un paño limpio. Salamos y reservamos
Preparamos una tempura con harina de trigo y agua muy fría, tiene que quedar como la masa de crepes, o una bechamel ligera. Calentamos una sartén con aceite y cuando esté bien caliente vamos metiendo las berenjenas en nuestra mezcla de harina y agua, sacudimos para escurrir el exceso y freímos en el aceite caliente hasta que se doren.
Escurrimos el aceite y colocamos las berenjenas sobre un papel absorbente. Cuando las tengamos todas fritas, emplatamos y servimos regadas con un chorrito de miel.. Acompañamos con una cañita fresca o una copita de vino, y servimos calientes.
CONSEJO: Este entrante de berenjenas no se debe preparar con antelación, porque nos encontraremos que el rebozado ya no resultará crujiente cuando lo sirvamos. Ya sabéis, freír y a servir.
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