Hoy os dejo una receta facilísima de natillas caseras, que en 10 minutos las teneis listas y nos ahorramos todos los conservantes y colorantes de las natillas industriales. Yo os las presento con la típica galleta tipo María, pero se pueden acompañarse de unas fresas cortadas, o añadirle unas cucharadas de chocolate tipo Valor en polvo sin azúcar a la mezcla y tendremos unas ricas natillas de chocolate.
INGREDIENTES
1/2 litro leche entera
4 yemas de huevo
4 cucharadas colmadas de azúcar
La piel de un limón
1 ramita de canela
1 vaina de vainilla o una cucharada de esencia de vainilla.
2 cucharadas de fécula de maiz (Maizena)
Canela en polvo para espolvorear
1 Galleta María por ración (opcional)
PREPARACIÓN
Apartamos medio vasito de leche y ponemos el resto en un cazo a calentar a fuego lento con la piel del limón, la vaina de vainilla (o en su defecto una cucharada de esencia de vainilla) y la ramita de canela. Procuramos que la piel del limón sea lo más fina posible para que no arrastre la parte blanca que amarga todas las recetas. Cuando hierva la leche apagamos el fuego, la leche habrá infusionado con la ramita de canela, el limón y la vainilla. Dejamos reposar y retiramos la canela y la piel del limón.
Mientras se calienta la leche, disolvemos en el medio vaso de leche fría que hemos reservado 3 cucharadas soperas de fécula de maíz. Reservamos
Batimos las yemas con el azúcar. A continuación añadimos la leche con la fécula de maíz a la mezcla de las yemas. Vertemos la mezcla de las yemas y el azúcar en el cazo con la leche y ponemos nuevamente a calentar a fuego mínimo. Ir removiendo constantemente porque si se nos pegan las natillas al cazo el sabor a quemado ya no tiene salvación.
Una vez hayan espesado ligeramente las natillas (que al levantar las varillas se quede adherida la mezcla a éstas y no chorree), apagamos el fuego. Tened en cuenta que una vez frías, espesan un poco más. Colamos por un colador fino para evitar posibles grumos y vertemos en diferentes cuencos.
Espolvoreamos con canela en polvo y una vez reposadas, guardamos en la nevera cubiertas de papel film para que no se forme una capa dura en la superfície de las natillas.
Opcionalmente podemos rematar nuestras natillas con una galleta tipo María que habremos previamente bañado 2 segundos en leche fría.
IDEA: Si queremos sorprender a nuestros comensales también podemos sustituir las galletas por bastones crujientes de de leche condensada y coco, que prepararemos de la siguiente manera: cortamos lonchas de pan de molde blanco en tiras de 1 cm de grosor, los untamos con leche condensada (podemos poner un poco en un platito e ir bañando ligeramente el pan) y espolvoreamos con coco rallado. Cubrimos una bandeja de horno con papel antiadherente y horneamos a 130º hasta que estén dorados y crujientes. Son ideales para acompañar cualquier crema dulce o helados.
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